jueves, 15 de diciembre de 2016

CRÓNICA NATACIÓN: Un mar de gorros naranjas

Ciudad Deportiva Príncipe Felipe en Arganda del Rey (Madrid)
El sábado 26 de noviembre de 2016 se celebró en la piscina de la Ciudad Deportiva Príncipe Felipe de Arganda del Rey (Madrid) la 1ª Jornada de Liga Benjamín de natación, niños y niñas de 10 años. Las pruebas que se disputaron fueron 100 m. libres para todas las edades, 200 m. braza para las chicas de un año más mayor y el relevo 4×50 m. libres masculino.


El ambiente estaba animado desde prácticamente una hora antes de empezar, no solo por el calor que emanaba del interior de la piscina, sino también por la cantidad de padres, madres y participantes que allí se congregaron. En total, 13 clubes entre los que se encontraban: C.N SAN BLAS (5), C.D.N TORREJÓN (18), C.N. COSLADA (14), C.N.ALCALAH (7), C.M.N. ARGANDA (8), C.N. ALCOBENDAS (29), A.D. RIVAS NATACIÓN (27), C.N. SAN FERNANDO DE HENARES (13), C.D. EL VALLE (48), C.D.E. MALVAR (12), C.N.MEJORADA (2), C.N.T. BARAJAS (5) y C.D. GREDOS SAN DIEGO (98). El distintivo que diferenciaba a cada club era el gorro de goma, puesto que cada club lo tenía de un color. Esto permitía saber, a grandes rasgos, cuántos niños y niñas participaban, haciéndose más notoria la del C.D. GREDOS SAN DIEGO, quienes portaban gorros naranjas, en total 98 nadadores (42 chicos y 56 chicas).


Calentamiento previo a la competición / imagen propia 
La jornada se inició con el calentamiento de todos los participantes, en total 286, y el mar de gorros naranjas se hizo más notable, aunque se mezcló con el amarillo, gris, verde y negro del resto de clubes. En torno a las 16:30h, las ocho calles de la piscina de 25m, separadas por corcheras amarillas y negras, y adornadas de banderitas de colores en la parte superior para marcar el inicio y el final de la meta, fueron testigos del término del calentamiento, que surgió sin mayores incidentes que el resbalón de una niña a causa del suelo mojado y el más que notable cansancio de los participantes. 


El principio de la competición fue desarrollado por los chicos en los 100m Libre Masculino, donde al menos había un nadador del CD.GREDOS SAN DIEGO por calle y turno; tras 9 participaciones masculinas, llegó el turno de los 100m Libre Femenino. Cabe destacar que el CN SAN BLAS fue uno de los clubes con menor número de participantes (5) y con representación únicamente femenina. El mar de gorros naranjas se volvió a ver, ya que las chicas del C.D. GREDOS SAN DIEGO eran más en cantidad que lo chicos de su mismo club. Una representante del CN SAN BLAS en la calle 3 consiguió quedar en segunda posición, tras una chica del C.D. EL VALLE, en la Final 6, rompiendo así la racha ganadora del C.D. GREDOS SAN DIEGO. Los pitos, los jueces y los niños y niñas saltando del trampolín con gran maestría ataviados con su equipación hacían parecer que fuera una competición profesional




Piscina olímpica. El Club Deportivo GSD al fondo a la derecha

Los gritos de ánimo de los padres en las gradas superiores, sin asientos y donde apenas se podía respirar por el calor –debido a que era un polideportivo público-  se reunían con los aplausos de los niños y niñas que esperaban al final de la calle a sus compañeros de club que competían en ese momento. Los entrenadores y demás participantes esperaban nerviosos en sus respectivos espacios con asientos azules que la organización había habilitado para ellos y que estaban cubiertos de los abrigos y las mochilas de los nadadores. Entre todo ese ruido, a lo lejos se escuchaba la música de las chicas de Gimnasia Rítmica, que competían en el pabellón de enfrente y las conversaciones de los que preferían esperar en la cafetería del al lado, mientras veían las competiciones a través del cristal que comunicaba directamente con la piscina. Tras casi 3 horas después del inicio, la competición llegó a su fin, y el C.D GREDOS SAN DIEGO se proclamó campeón tanto con su representante masculino como con el femenino.


Zona del CN San Blas con los entrenadores



La entrada principal, que antes estaba cubierta de chándales naranjas y que más tarde cubrirían la piscina con los gorros del mismo color, se convirtió de nuevo en la congregación de padres y madres que esperaban a los nadadores. El contraste de los rostros de los ganadores con el de aquellos que no lo habían conseguido fue tan claro como el cristal que envolvía el recinto olímpico. Quién sabe si alguno de los chicos o chicas que han competido se convertirán en grandes e importantes nadadores en el futuro. Mientras, los padres y madres siguen aplaudiendo y sienten el orgullo de ver a sus hijos competir con 10 años. 





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