Oceanografic de Valencia / imagen propia |
Nosotros funcionamos de
igual manera. Estamos plenamente seguros de ir de frente que,
curiosamente, al igual que la derecha y arriba, siempre son los más
elegidos. ¿Qué le ocurre a la izquierda para no ser escogida ante
una bifurcación? ¿Y por qué las escaleras hacia abajo siempre nos
dan mal rollo? ¿Por qué preferimos ir de frente a dar la vuelta?
Quizá porque lo relacionamos con estados de ánimo, películas, etc.
Subir significa llegar siempre a un lugar más alto, con mayor
libertad, un sitio desde el que se puede contemplar todo; bajar, en
cambio, significa caer, llegar a un lugar profundo, sin salida, del
que puede costar salir y ver la luz. La derecha y la izquierda
supongo que se deberá a la costumbre de cada persona.
Lo que no sabemos es lo
que pasa por nuestra cabeza en el momento justo en el que cambiamos
de idea, de camino. ¿Influyen los sentimientos y las emociones?
Quizá influimos nosotros mismos en nosotros mismos. Sí, puede
parecer complicado al principio, pero somos nosotros los únicos que
decidimos cambiar de camino, lo demás son solo factores externos, y
solo nosotros aceptamos que infieran o no. Haz la prueba: en una
situación cualquiera, ponte en una calle que tenga dos bifurcaciones
y que las conozcas muy bien, o eso creas. En un primer momento vas a
tener muy claro por cual vas a ir pero, inexplicablemente, vas a
cambiar de idea y vas a coger el otro. ¿Por qué? Porque por tu
cabeza va a aparecer la curiosidad de saber qué hay en la otra,
aunque la conozcas perfectamente.
Eso mismo ocurre en miles
de situaciones más, y cómo no, en el amor. ¿Qué camino coger?
Izquierda: Olvidar. Derecha: Seguir un poquito más. Tienes muy claro
que vas a coger el de la izquierda, pero el de la derecha ronda mucho
por tu cabeza. Y al final, coges el de la derecha.
Cojas el camino que
cojas, camina los kilómetros que quieras caminar, pero siempre
seguro de tu elección. Disfruta del paisaje, respira el aire, deja
que el sol bañe tu piel, mójate con el agua y haz amigos si te los
encuentras, pero siempre tranquilo y seguro, pues tu decisión es la
correcta. Y si no, siempre puedes retroceder. Al igual que bajar, no
siempre es algo negativo.
Y cuando no sepas qué
camino elegir, solo respira y cierra los ojos, realmente tienes claro
cuál es el que quieres seguir y por cuál no volverías a pasar. O, simplemente, salte del camino establecido.
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