La tecnología está muy presente,
tanto en nuestro día a día como en las escuelas y universidades. La educación
se ha vuelto tecnológica, y SIMO se encarga de hacerlo más palpable en su
feria. La tecnología es una moda: para que sea un buen colegio es
imprescindible que haga uso de las nuevas tecnologías y las tenga incorporadas
en las aulas; también es una herramienta, tanto para estudiantes como para
profesores, pero ante todo es un negocio, un gran negocio. Muchas empresas de
tecnología como HP, Microsoft o Google han aprovechado este tirón para
implantar nuevas herramientas dedicadas a la educación, pero con el fin de
aumentar sus ganancias. También se han subido al carro las clásicas editoriales
de libros escolares como Edelvives y SM, que se han dado un lavado de imagen y
reaparecen conectadas a la era digital.
SIMO es el perfecto escaparate
para demostrar que las tradicionales pizarras de tiza y borrador van a
desaparecer en un corto periodo de tiempo, que los niños van a dejar de jugar
con juguetes habituales y van a demostrar su creatividad dibujando en una gran
alfombra digital, y también el casi adiós definitivo a las tutorías con los
profesores y las típicas notas en la agenda para saber el progreso académico de
sus hijos, que podrán seguir mediante una aplicación de móvil como Inika, “la
nueva app para las familias”, cuyo estand estaba presente en la Feria y no
dudaban en ofrecer información.
SIMO 2016 / Noelia Blanco Rocamora (propia) |
La educación es uno de los
pilares fundamentales de la sociedad, y eso lo saben las empresas. La educación
vende, y vende mucho, porque es moda y herramienta, pero es un negocio: un buen
negocio que se puede explotar mediante la publicidad a través de bolsas y
mochilas de las empresas, los juegos virtuales que ofrece SM bajo el título
¿Sabes más que un alumno de secundaria?, los distintos regalos con los que
obsequia Microsoft por asistir a sus charlas, la publicidad de su nuevo Windows
10 y también la venta de productos. La educación es una buena forma de poner a
la venta productos electrónicos como ordenadores portátiles, fundas, cargadores
y demás accesorios con descuentos golosos, además de ejercer de proveedores a
las instituciones educativas interesadas en adquirir pizarras digitales y un
sinfín de artilugios electrónicos que prometen una mejor educación.
Estánd SM / Noelia Blanco Rocamora (Propia) |
Los tiempos avanzan y con SIMO
parece que el futuro lejano que se representaba en las películas está cada vez
más cerca, donde las máquinas incluso sustituían a los humanos por su gran
efectividad. La tecnología es importante, puesto que muchos niños ya han nacido
con ella y la sociedad exige nuevos método en todos los ámbitos, también en el
de la enseñanza. Recorriendo los estands vemos que existen una gran cantidad de
aparatos que ofrecen una realidad virtual en las aulas, donde grandes
acontecimientos de la historia, como las dos Guerras Mundiales se pueden vivir
casi en directo, debido a la ambientación, animación y efectos. Sin duda, es
una buena forma para que los estudiantes asimilen y comprendan mejor ciertos
conocimientos pero, ¿qué ocurrirá cuando la figura del profesor sea
prescindible y sustituida por máquinas que explican, captan la atención y
reflejan mejor los contenidos? En un futuro no muy lejano, los alumnos
asistirán a clases impartidas por pizarras virtuales y pantallas con una voz en
off, y la educación dependerá de la tecnología al máximo.
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