miércoles, 7 de octubre de 2020

Allan Poe: de las curiosidades y la muerte

Por todos es conocida la trágica infancia de Poe. Perdió a sus progenitores con apenas 3 años, dos actores que se ganaban la vida actuando en pequeños escenarios. Las malas críticas que recibían por parte del público pudieron con David Poe, quien se convirtió en un adicto al alcohol, y acabó abandonando a su familia. No mucha mejor suerte tuvo Elizabeth Arnold, que murió de tuberculosis tres años después de haber dado a luz a la pequeña de sus tres hijos, Rosalie. Los tres hermanos se vieron obligados a separarse en distintas casas de acogida. Mientras que el mayor de los tres se quedó al cuidado de sus abuelos maternos, Edgar y Rosalie acabaron en manos de dos familias adineradas. Aunque nunca le adoptaron oficialmente, Poe pasó su infancia en casa de los Allan, utilizando así el apellido del marido, John Allan, con quien no mantenía una buena relación. A partir de la muerte de este, en 1834, comenzó el declive del escritor. Las depresiones, el alcohol, la necesidad profunda de amor y afecto, los delirios y las muertes le acompañarían hasta el final de sus días.

La vida de Poe estuvo llena de misterio, al igual que sus escritos. Pasó sus días sumido en el terror, en lo oscuro, en las adicciones, en la muerte, en el dolor, en el abandono… y todo ello lo plasmaba en sus novelas, relatos y poemas. Al igual que su amigo Baudelaire, estuvo cerca de entrar en el grupo de los Poetas Malditos, aunque sin ser francés.

Su infancia no fue fácil, y el resto de su vida no iba a ser menos. Algunos la definen como “una vida de oscuridad” y, sin duda, estuvo llena de curiosidades. Hoy, aprovechando que se cumplen 171 años de su muerte, vamos a recordar algunas de ellas.

https://www.pinterest.com.mx/pin/
806707351983360528/


Amor

A los 14 años, se enamoró de la madre un compañero, a la que decidió dedicarle el poema A Helen: (…) En mares desesperados que durante mucho tiempo vagan, tu pelo de jacinto, tu rostro clásico, tus aires de náyade me han traído a casa. A la gloria que fue Grecia y la grandeza que fue Roma (…).

Con 27 años, se casó con su prima Virginia Eliza Clemm, que en ese momento tenía 13 años. La diferencia entre ambos era más que notoria, pero la madre de Virginia había aprobado el matrimonio, puesto que Edgar era muy querido en la familia y confiaban en su carácter protector para la pequeña. Muchos biógrafos han asegurado que, a pesar de que existía amor real, no sobrepasaba de lo fraternal. Sin embargo, el amor no duró todo lo deseado, y la vida de Virginia se apagó con 24 años a causa de la tuberculosis, lo que supuso una pérdida y un dolor irreparable para Poe. Tras la muerte de la joven, él mismo intentó suicidarse, aunque no lo consiguió.

"No nos queda sino morir juntos. Ahora ya de nada sirve razonar conmigo; no puedo más, tengo que morir. Desde que publiqué Eureka, no tengo deseos de seguir con vida. No puedo terminar nada más. Por el amor de Virginia era dulce la vida, pero hemos de morir juntos". 

Esas fueron las palabras que dedicó a su tía María Clemm, madre de Virginia. El intento de suicidio también fue su primer cara a cara con la muerte, aunque no el último, al igual que con el amor. Después de Virginia, vendrían muchas mujeres más.


Virginia y Poe /duna.cl


Coincidencias

Las coincidencias en su vida tampoco dejaron de suceder. Hans Christian Andersen se basó en su historia real de amor no correspondido para crear La Sirenita. Con Allan Poe, sucedió al revés: los acontecimientos que narró acabaron ocurriendo en la realidad. Poe escribió Las aventuras de Arthur Gordon Pyme, que primero se publicaron por entregas en el Southern Literary Messenger en 1837. Un año después, se recopilaron en un libro titulado Narrative of Arthur Gordon Pym of Nantucket. En el mismo se narra la historia de Arthur Gordon Pyme, un joven que se embarca como polizón para cumplir su sueño de vivir historias en alta mar, con la mala fortuna de que se origina un motín a bordo, que se salda con la vida de la mayoría de la tripulación. Tras pasar grandes penurias, acabaron quedando tan solo cuatro supervivientes, entre ellos Arthur, y un joven llamado Richard Parker. La falta de alimentos y las casi nulas esperanzas de un posible rescate llevaron a los mismos a tomar una decisión extrema: uno de ellos debía morir para alimentar al resto. Después de echarlo a suertes, el azar decidió que era Richard Parker quien debía morir, y así lo hicieron. Tras acabar con su vida, bebieron su sangre y trocearon su cuerpo, repartiéndose los trozos entre los tres y desechando al mar aquello que no encontraban útil para convertirse en comida, como la cabeza, los pies y las manos. Al ser rescatados días después, ninguno de ellos contó nada de lo que había sucedido.

Sin embargo, en 1884, 35 años después de la muerte de Allan Poe, la historia se hizo realidad. La embarcación La Mignonette, que partió desde Southampton rumbo a Australia, sufrió las consecuencias de una violenta tempestad, que había arrasado con el navío. La tripulación, compuesta por 4 personas, se vio obligada a refugiarse en la pequeña embarcación auxiliar de emergencia. Tras 19 días navegando sin rumbo, sin agua potable y sin apenas víveres, la decisión de la novela de Poe se materializó: el capitán propuso que uno de ellos tenía que sacrificarse para salvar a los demás, y que tendrían que echarlo a suertes. La idea escandalizó a los otros dos, que se negaron en rotundo a cometer tal crimen. El cuarto tripulante, un joven grumete, no estuvo presente en la conversación, y desconocía las intenciones de sus compañeros. En este caso, el azar también intervino, pero no de la misma forma. No lo echaron a suertes, y entre los tres decidieron que el cuarto era el que debía morir. Y así lo hicieron. El capitán lo ejecutó sin que el mismo supiera que ese era su destino. De igual modo que en la historia, bebieron su sangre y racionaron su cuerpo. Se llamaba Richard Parker. Cuatro días después, fueron rescatados por un buque alemán y, al contrario que en el relato de Poe, estos confesaron todo lo que había sucedido.

Una vez en tierra, los tres supervivientes fueron juzgados por el crimen cometido en cuanto a su participación en el mismo. No obstante, la pena de muerte a la que fueron condenados se conmutó por una pena de prisión de 6 meses, puesto que el Rey ejerció el Derecho de Gracia al estimar que el delito se había cometido por supervivencia, y no por homicidio.

La obra de Poe es muy extensa y variada, entre poemas, novelas y relatos pero, sin duda, sus cuentos de terror formaron una parte muy importante de su creación y de su éxito. Los mismos suelen encontrarse recopilados bajo el título de El Gato Negro y otros relatos, siendo el El Gato Negro uno de los más conocidos y escalofriantes. A pesar de la descripción que hace del gato, al que presenta como un ser maldito y culpable de las desgracias y del comportamiento asesino del protagonista, Poe tuvo un gato negro en su vida. La historia que había escrito, en cierto modo, también era real. Decidió adoptar una gata negra para que hiciera compañía a su esposa Virginia, ya gravemente enferma de tuberculosis, quien decidió que el felino se iba a llamar Caterina. Si bien Poe y el gato no tenían ningún vínculo especial, el animal sí que lo estableció con Virginia, a quien cuidaba y acompañaba durante todos los días hasta su muerte. Algunos dicen que el gato desapareció sin más dos años después de la muerte de la joven, y que Poe no le volvió a ver. Otros, en cambio, aseguran que la relación entre ambos se volvió más estrecha y que la gata sufría depresión cada vez que se separaba de su dueño, llegando a morir también cuando Poe lo hizo.

Portada del libro / imagen propia

Muerte

El misterio también rodea su muerte. El mismo año de su fallecimiento se había comprometido con Sarah Elmira Royster, una vecina y amiga de la infancia y cuya relación no había sido posible en el pasado por culpa del padre de la chica. Aunque ambos se habían prometido, el padre de Sarah, al no estar de acuerdo con la relación, interceptó todas las cartas que Poe le enviaba a la chica. Sarah, creyendo que ya no era amada y que Poe había roto la relación, acabó sumida en una profunda melancolía.

“Edgar era un muchacho muy guapo, no muy hablador. De conversación agradable, pero de comportamiento más bien triste. Nunca hablaba de sus padres. Estaba muy ligado a la señora Allan, así como ella a él. Era entusiasta, impulsivo, y no toleraba la menor grosería verbal”, llegó a decir Sarah de él.

Muchos años después, se volvieron a reencontrar. La casualidad hizo que ambos hubieran perdido a sus respectivas parejas. Sarah se había casado con un adinerado comerciante con quien tuvo cinco hijos, pero su matrimonio no era feliz. Poe había hecho lo propio con Virginia, a quien acabaría perdiendo años más tarde. Sin embargo, aunque ambos estaban dispuestos a darse una nueva oportunidad, el destino seguía sin estar de acuerdo. Los hijos de Sarah veían el matrimonio con Poe como una amenaza y no estaban dispuestos a repartir la suculenta herencia de su padre con el poeta.

En ese momento, Poe ya era un completo adicto al alcohol, algo que Sarah no soportaba. Para responder afirmativamente a su petición de matrimonio, Sarah había puesto una condición: que Poe se alejara de sus adicciones. No le importaba perder parte de la herencia de su marido, solamente le preocupaba el carácter inestable y difícil de Poe a causa de la bebida. Pero Poe no se lo iba a poner tan fácil, sus adicciones no se lo permitían. El 27 de septiembre de 1849, se encontró el cuerpo de Poe en la calle, sucio, abandonado, delirando y vestido con una ropa que no le pertenecía. Tras este acontecimiento, fue internado en el hospital de Baltimore. El 7 de octubre falleció misteriosamente. Sarah declaró en una ocasión que la noche anterior a la aparición de Poe, el escritor se aquejaba de fuertes dolores estomacales, y le había llegado confesado que tenía el presentimiento de que no volverían a verse.

Pero no solo el momento de su muerte estuvo llena de misterio. Una vez fallecido el escritor, Sarah negó haberse comprometido o casado con él, y rechazó ofrecer entrevistas. El biógrafo de Poe, John Evangelist Walsh, declaró que los hermanos de Sarah fueron los culpables de la muerte del escritor por miedo a perder la herencia de su hermana.

Sarah Ryster falleció el 11 de febrero de 1888 y, un día después, el diario Richmond Whig publicó un obituario, que algunos catalogan de misterioso, en el que se referían a Sarah como el primer y el último amor de Poe.


“A la muerte se le toma de frente con valor y después se le invita a una copa”- E. Allan Poe

 

Tumba de E.A.Poe en Baltimore / lapiedradesisifo.com


Otras entradas recomendadas 




Todos los derechos reservados ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí puedes dejar tu aportación. Seguro que es maravillosa

/