viernes, 16 de septiembre de 2016

Sobre el significado de los pequeños placeres de la vida

Ojalá sepáis el significado de la vida, perderse por las calles, asomarse por la ventana mientras llueve. Ojalá sepáis disfrutar de esos placeres. Placeres pequeños, pero inmensamente grandes.

Imagen propia 
Ojalá os enamoréis mucho, mucho y muy fuerte; ojalá encontréis el verdadero significado de amor, y una persona que os recuerde a cada momento su acepción mucho más allá de la que aparece en el diccionario. Ojalá que la miréis- os miréis- y entendáis que el significado de la vida y del amor van unidos, que ya no son placeres pequeños, sino mucho más grandes, y ojalá que los hagáis crecer mucho más.

Ojalá realicéis un viaje; sí, un viaje. Un viaje caro, un viaje barato, lejos, cerca, pero que veáis mundo. Ver mundo no significa recorrerlo, ni siquiera salir lejos. Basta con volver a pasar por el mismo sitio por donde pasaste ayer, o volver a un lugar que ya conoces, pero mirar, observar bien, fijarse en todos los detalles. Es ver más allá. Eso es ver mundo. Es aprender.

Ojalá seáis felices cada momento de vuestra vida y lloréis tanto como para llenar un cubo que os sacará a flote cuando más hundidos estéis. Ojalá seáis capaces de ver el brillo en unos ojos llenos de amor, de ver el interior, incluso de sentirlo. Ojalá sepáis valorar la caricias que os dan, pero mucho más las que dais. La sensación de tener a alguien entre tus brazos es increíble.

Ojalá beséis mucho, muy fuerte, muy rápido, pero disfrutando de los más lentos, y ojalá no podáis vivir sin ellos. Ojalá sepáis apreciar un abrazo, de esos que se dan con algo más que los brazos; sí, de esos donde notas el corazón de la otra persona como si fuera el tuyo. Y ojalá agarréis fuerte la mano de esa persona y no la soltéis por nada del mundo.

Ojalá sonrías con un mensaje, soñéis con un buen libro, disfrutéis con una canción –aunque la hayáis escuchado millones de veces, y ojalá no la acabéis odiando con el tiempo- y no echéis de menos nunca. Nunca. Ojalá no os falte nadie nunca y ojalá sepáis entender que las cosas más importantes no son cosas materiales –ni siquiera son cosas- sino personas. Y personas con las que realizar todos estos placeres de la vida. Y ojalá os quepan todos esos momentos en un álbum en el que escribáis las frases más bonitas que os recuerden al lugar donde reísteis y sonreísteis tanto, y os disteis los mejores besos.

Ojalá os arriesguéis siempre, y si tenéis miedo, probad a arriesgaos sin miedo, a ver que sale.


Porque como decía Roald Dahl: “El que no cree en la magia, nunca la encontrará”. 


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domingo, 4 de septiembre de 2016

Déjame decirte

Imagen propia
Dicen que las verdades más sinceras son las que se dicen a la cara, mirando a los ojos, de cerca, muy de cerca. Las que se hablan, las que se cuentan, las que se dicen y se expresan, donde no queda nada más por decir, donde el silencio lo invade todo por un momento. ¿Y qué queda de las verdades que se dicen escribiendo? De esas que no se escuchan, sino que se leen despacio, pensando, sintiendo, escuchando la voz del dueño de esa letra como si estuviera a un centímetro.

Déjame decirte que tu voz siempre está en todos los rincones: eres tú quien lee todo lo que me escribes, todo lo que me dedicas; es tu voz la que aparece a mi lado contándome el significado del mensaje.
Déjame decirte que son tus ojos los que iluminan también todos esos rincones en los que se escucha tu voz, los que guían el camino, los que hacen que no me pierda, los que hacen que te conviertas en mejor persona.

Tú, que me has demostrado que todos los días tienen algo bueno y bonito, que todo se puede conseguir, que todo llega. Tú, que me has enseñado que el tiempo puede correr demasiado rápido cuando estamos juntos, demasiado lento cuando estamos lejos, y que existe un tiempo que no merece la pena si no estamos nosotros. Tú, que me has hecho ver que el destino está siempre cerca, solo que hay saber mirar mejor. Tú, que me has hecho comprender la palabra “amor” mucho más allá de un simple término, de unas simples letras bonitas, de unas simples fotos, de unos simples corazones puestos en los comentarios de cualquier red social, más allá incluso de ir de la mano o de un beso. Mucho más.

Tú, que me has enseñado todo eso, que me has demostrado, que me has hecho ver y comprender; y yo, que ojalá haya podido conseguir contigo la mitad de lo que tú has hecho conmigo, pueda seguir disfrutando de ti todos y cada uno de los minutos de ese tiempo que pasa tan rápido, que pueda seguir capturando tu sonrisa, tu mirada y todos tus gestos en fotografías que no te esperas.

“Porque contigo he aprendido que, con la puerta abierta, nadie se va”. Y tiene razón.

Prometí no robar más frases, no tomarlas prestadas cuando se tratara de algo mío, de algo enteramente propio. Prometo que no volveré a hacerlo, pero también prometo que todas y cada una de las frases me llegan por casualidad. Y creo en las causalidades.


“Suerte. Y no hablo del azar. Hablo de ti”. Defreds




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