Me pasé de imaginación, lo
reconozco. Me pasé de interpretaciones absurdas, me pasé de magia. Me pasé al
perder el sentido en varias ocasiones, aun siendo plenamente consciente.
Imagen propia |
Corrí lo más rápido que pude
estando parada, y me escondí delante de ti por si no me veías, por si el
escondite era demasiado difícil de encontrar. Me mojé con la lluvia que caía
mientras hacía un sol radiante que casi abrasaba, que podía quemar las hojas de
mi alrededor. Y te aseguro que nunca había sentido tanto frío y calor a la vez.
Me miré a un espejo sin reflejo,
a una pared brillante, y me vi tan bonita como jamás me había visto. Recuerdo
que miré al cielo, un precioso techo sin ninguna nube, todo blanco y liso. Y
notaba todos y cada uno de los abrazos que nunca me habías dado, mientras
pasaban las horas en un reloj que no se movía, que permanecía quieto, pero que
escuchaba atentamente el viento que entraba por las ventanas cerradas y que
revolvía todo lo que había en la mesa vacía. Seguía caminando mientras se oía
de lejos las notas de la música puesta en aquella habitación insonorizada,
mientras resbalaba aquella poesía falta de versos y estrofas. Noté que los
cristales del camino rozaban mis pies desprotegidos por los fuertes zapatos,
que incluso sangraba a pesar de que mis pies estuvieran limpios y guardados;
pero los cristales sonaban en un camino de agua seca, donde no me mojé en
absoluto. Y, de repente, explotó todo sin hacer ruido, como estaba acostumbrado
a suceder. Y desde ahí arriba lo vi claro.
Y te prometo que nunca me había
sentido tan feliz.
Todos los derechos reservados ©
Todos los derechos reservados ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí puedes dejar tu aportación. Seguro que es maravillosa