domingo, 5 de abril de 2015

Nos cansamos de aprender a olvidar

Alguien me dijo alguna vez que lo mejor que tiene el ser humano son sus conocimientos, algo que le hace progresar, elegir, rechazar, querer, odiar, ir de un lado a otro, ser libre… en fin, vivir. Es cierto, saber mucho sobre algo nos hace saber más sobre el mundo, sobre lo que nos rodea día a día, pero no siempre nos hace libres del todo. Aprender nos hace ser esclavos de ello. ¡Qué paradoja! Pero es realmente así, somos esclavos de todo lo que sucede, necesariamente tenemos que saber sobre todo y sobre todos, y nos sentimos tremendamente pequeños ante algo que desconocemos. Podríamos decir que aprender es tener seguridad, y no saber nada nos hace ser inseguros. Por tanto, y llegando a la conclusión final, aprender es bueno.

Pero, ¿es siempre bueno? A veces nos cansamos de aprender sobre diversas materias, nos cansamos de aprender a querer, y también de aprender a olvidar. Esos dos últimos términos tan opuestos realmente son muy parecidos. Si nos cansamos de aprender a querer es porque en algún momento anterior no ha tocado aprender a olvidar, e inevitablemente, si nos hemos cansado de querer después nos tocará volver a aprender a olvidar. Y así nos pasamos la vida, quizá sin pararnos a pensar en ello.
¿Y cómo se aprende a querer? Veintiún siglos después y nadie ha dado una respuesta fiable y certera. El amor es un conocimiento más y como tal lo aprendemos, igual que aprendemos a leer con cinco años, a obedecer a nuestros padres cuando nos dicen que miremos antes de cruzar, cuando nos enseñan la tabla de multiplicar, etc. Todo eso, aunque creamos lo contrario y no nos acordemos por el tiempo que ha pasado, lo hemos ido aprendiendo, no hemos nacido con ello. Por tanto, también aprendemos a querer. Probablemente es algo que esté determinado biológicamente, que seamos seres que poseemos la cualidad del amor en sus distintas vertientes, pero también somos nosotros mismos los que lo vamos aprendiendo a lo largo de la vida, y como tal conocimiento aprendido podemos rechazarlo o elegirlo. Algo utópico es creer que todas las personas queremos de la misma forma y con la misma intensidad.


¿Y a olvidar? Exactamente igual. Es otro conocimiento aprendido más. Venimos haciendo eso desde pequeños aun sin darnos cuenta. Nos olvidamos de los juguetes de los reyes pasados, de los amigos que se han ido a vivir a otra ciudad, de los compañeros de colegio que quedaron en cursos atrás, del tema 2 de Ciencias Naturales tras el examen, de ponernos el abrigo en el recreo aun cuando mamá nos lo ha dicho cien veces por la mañana antes de salir de casa. ¿Alguien se acordó de todo eso en el momento que ocurrió? ¿Nos acordamos ahora del tema 2 de Ciencias Naturales? ¿Y de la teoría del examen de hace 2 meses? Nadie se ha quejado de su amigo que se fue a vivir fuera, ni de los juguetes del año anterior; simplemente quedaron olvidados. ¿Por qué dicen que es difícil olvidar?

No nos quejamos de aprender ni de olvidar, simplemente es que estamos cansados. Nos cansamos de estudiar el tema 1, el 2 y el 3 de Ciencias Naturales, nos cansamos de que nos digan siempre que nos pongamos el abrigo cuando solo tenemos ganas de sentir el viento o los rayos de sol, nos cansamos de que nos regalen miles de juguetes que ni siquiera hemos pedido y que justo el que realmente nos hubiera hecho felices no estuviera entre los paquetes, nos cansamos de que aquella persona que tanto nos quería se fuera, y la siguiente que vino también. Nos cansamos de pensar que, después de esto, tocará aprender o volver a olvidar.


Todos los derechos reservados ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí puedes dejar tu aportación. Seguro que es maravillosa

/