Una vez leí por ahí que
“la mejor manera de ser feliz con alguien es aprender a ser feliz
solo; así, la compañía es una cuestión de elección y no de
necesidad”, y me pareció tan cierto que la aplico como si fuera
una especie de filosofía de vida. Las profesiones, las amistades,
las viviendas, las ciudades, las comidas, las tiendas, la religión,
la ropa y los amores son elecciones que cada persona hace de acuerdo
a su forma de vida, a sus creencias, a sus gustos y a su visión de
presente y/o futuro; el amor también. Desde bien pequeños hemos
estado influenciados con historias, películas, familiares… acerca
de la postura frente al amor. Hemos aprendido o nos han enseñado que
es algo imprescindible en nuestra vida, que no estaremos completos
hasta que no encontremos a esa “mitad” que anda por el mundo
buscando a alguien como nosotros para que le complementemos, cuando
realmente nada de eso es cierto. Cada uno de nosotros hemos nacido
enteros, por tanto, la otra persona también lo estará. No se trata
de encontrar tu otra mitad, sino de encontrar a alguien tan entero
como tú. Y ni siquiera es algo imprescindible.
La vida es maravillosa
cuando no se complica, y las personas lo hacemos por puro placer. Es
tan sencillo como que, cuando alguien necesita estar constantemente
en pareja, es porque realmente no es capaz de ser feliz solo, y eso
es grave. No eligen la compañía por elección y ni siquiera ya por
necesidad, sino por una obligación impuesta por ellos mismos. No
puedes quedarte con la primera persona que se cruce en tu camino
simplemente por no estar solo, ni buscar rápidamente a otra cuando
hayas terminado una relación, pues de esa forma solo conseguirás
demostrar que no eres capaz de ser feliz solo y que tampoco las has
olvidado.
Haz de tu vida una
completa libertad, también cuando dejes entrar a otra persona. No es
necesario compartir tus ideas, tus momentos, tus pensamientos y tus
sueños siempre con alguien más. Aprende a hacerlos tuyos, solo de
esa forma podrás verdaderamente compartirlos. No es cuestión de
imitar a los que te rodean, todos ellos que parecen felices a ojos de
los demás, pues dicen que cuanto más encierras a un animal, más
ganas tiene de escapar. Quizá algunas cosas están hechas para no
ser cumplidas, simplemente no se tienen que dar, y eso no es bueno ni
malo, pues solo tú tienes ese poder de elección.
Todo en la vida son
elecciones, no hagas de lo más mínimo una necesidad. Alégrate
cuando te elijan, pero también cuando no lo hagan, pues así solo
sabrás que esa persona busca a alguien completo, y no a una simple
mitad.
Todos los derechos reservados ©
Todos los derechos reservados ©