martes, 24 de octubre de 2017

Las desigualdades existen. Gracias, ONU

Cuántas veces nos hemos preguntado eso de: “¿y por qué la ONU no hace nada?” al ver todas las injusticias que aparecen día a día en los medios: pobreza, violencia de género, asesinatos, vulneración de infinidad de derechos humanos… Hoy es su día, donde se celebra la entra en vigor de la Carta de las Naciones Unidas en 1945.

El otro día me preguntaron: “¿Crees que las diferentes instituciones (ONU y Unión Europea) pueden presionar política y económicamente a los países en los que las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres?”, y a eso intenté contestar yo.

Por desgracia, la ONU, la Unión Europea y las distintas instituciones se han convertido en un gran cajón desastre. Desde su creación, intentaron abarcarlo todo para mejorar el mundo de una manera más rápida, y, a su parecer, más efectiva. Intentaron incluir en sus objetivos todo aquello que los ciudadanos necesitaban, incluso en materias adelantadas a su tiempo, como ese “establecimiento de las bases legales que permitieran garantizar la igualdad entre ambos sexos” durante 1945-1962, una época en la que era impensable que la mujer se pudiera equiparar al hombre.


El problema es justamente ese. El intentar abarcarlo todo, el intentar reflejar el hambre, el medio ambiente, la pobreza, la igualdad entre hombres y mujeres, mantener la paz, preservar la humanidad de la guerra, el progreso social, la cooperación internacional… Pero luego nada de ello es efectivo, ni se ejerce la suficiente presión por parte de las organizaciones a los diferentes gobiernos para que los derechos se hagan efectivos. El hambre en el mundo vuelve a subir y la cifra se ha estimado en más de 815 millones de personas, según la ONU. La ONU aporta cifras pero no ofrece resultados.

Por todos es sabido que en determinados países, las mujeres y las niñas son consideras inferiores a los hombres, sin acceso a educación, sanidad, sin participación activa ni pasiva en la política, sufriendo violaciones, violencia, secuestros y vulneración de una infinidad de derechos humanos, Uno de los casos que todavía no ha tenido una resolución es el secuestro de mujeres y niñas por el grupo terrorista Boko Haram. 

Al igual que la ONU tiene capacidad para intervenir en determinados países y frenar las guerras (como en Costa de Marfil, Liberia y Líbano) o, sin ir más lejos, el ahogamiento económico que pretende llevar a cabo la ONU contra Corea del Norte, también debería presionar tanto política como económicamente a los países en materia de igualdad. No se debería permitir que, de 188 países sobre los que se dispone de datos, 137 tengan leyes sobre la violencia doméstica, 149 prohíban el matrimonio infantil y el casi el 60 % de estos 188 carezcan de marcos legales que obliguen de alguna forma a que exista una igualdad efectiva entre hombres y mujeres, según datos del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS).

La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing confirma que la protección y promoción de los derechos humanos es la primera responsabilidad de los gobierno y está en el centro del trabajo de las Naciones Unidas. Además, la Carta de las Naciones Unidas garantiza la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y en su artículo 1 hace constar que "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos".

Si los estados atentan contra los derechos humanos, la ONU, la UE y los demás organismos deben actual.


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