Cuántas
veces nos hemos preguntado eso de: “¿y por qué la ONU no hace nada?” al ver todas
las injusticias que aparecen día a día en los medios: pobreza, violencia de
género, asesinatos, vulneración de infinidad de derechos humanos… Hoy es su
día, donde se celebra la entra en vigor de la Carta de las Naciones Unidas en
1945.
El
otro día me preguntaron: “¿Crees que las
diferentes instituciones (ONU y Unión Europea) pueden presionar política y económicamente
a los países en los que las mujeres no tienen los mismos derechos que los
hombres?”, y a eso intenté contestar yo.
Por
desgracia, la ONU, la Unión Europea y las distintas instituciones se han
convertido en un gran cajón desastre.
Desde su creación, intentaron abarcarlo todo para mejorar el mundo de una
manera más rápida, y, a su parecer, más efectiva. Intentaron incluir en sus
objetivos todo aquello que los ciudadanos necesitaban, incluso en materias
adelantadas a su tiempo, como ese “establecimiento
de las bases legales que permitieran garantizar la igualdad entre ambos sexos”
durante 1945-1962, una época en la que era impensable que la mujer se pudiera
equiparar al hombre.
El
problema es justamente ese. El intentar
abarcarlo todo, el intentar reflejar el hambre, el medio ambiente, la
pobreza, la igualdad entre hombres y mujeres, mantener la paz, preservar la
humanidad de la guerra, el progreso social, la cooperación internacional… Pero
luego nada de ello es efectivo, ni se ejerce la suficiente presión por parte de
las organizaciones a los diferentes gobiernos para que los derechos se hagan
efectivos. El hambre en el mundo vuelve a subir y la cifra se ha estimado en
más de 815 millones de personas, según la ONU. La ONU aporta cifras pero no ofrece resultados.
Por
todos es sabido que en determinados países, las mujeres y las niñas son consideras inferiores a los hombres,
sin acceso a educación, sanidad, sin participación activa ni pasiva en la
política, sufriendo violaciones, violencia, secuestros y vulneración de una
infinidad de derechos humanos, Uno de los casos que todavía no ha tenido una
resolución es el secuestro de mujeres y niñas por el grupo terrorista Boko Haram.
Al
igual que la ONU tiene capacidad para intervenir en determinados países y
frenar las guerras (como en Costa de Marfil, Liberia y Líbano) o, sin ir más
lejos, el ahogamiento económico que pretende llevar a cabo la ONU contra Corea
del Norte, también debería presionar tanto política como económicamente a los
países en materia de igualdad. No se debería permitir que, de 188 países sobre
los que se dispone de datos, 137 tengan leyes sobre la violencia doméstica, 149
prohíban el matrimonio infantil y el casi el 60 % de estos 188 carezcan de
marcos legales que obliguen de alguna forma a que exista una igualdad efectiva
entre hombres y mujeres, según datos del Objetivo de Desarrollo Sostenible
(ODS).
La
Declaración y Plataforma de Acción de Beijing confirma que la protección y
promoción de los derechos humanos es la primera responsabilidad de los gobierno
y está en el centro del trabajo de las Naciones Unidas. Además, la Carta de las
Naciones Unidas garantiza la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y en
su artículo 1 hace constar que "todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos".
Si
los estados atentan contra los derechos humanos, la ONU, la UE y los demás
organismos deben actual.
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