Los humanos tendemos siempre a elegir. Pensamos que todo en la vida es
posible, que podemos abarcarlo todo, todo aquello que nos proponen, todo
aquello que se nos pone por delante, pero no es así. No podemos con todo.
El otro día vi esta frase: «en la vida todo es posible, pero no todo
es para todos». Pero, ¿realmente todo es posible? La frase encierra en sí misma
su propia negación, puesto que si todo no es para todos, todo tampoco es
posible en la vida.
El problema es que tenemos una idea equivocada. No es que todo no sea
posible en la vida, sino que todo no es compatible. Esto lo puedes aplicar a
cualquier situación ajena, incluso a tu propia experiencia. Quizá hayas creído
alguna vez que eso es imposible para ti, que no vas a poder hacerlo, que es difícil,
pero lo que realmente ocurre es que tienes otras cosas en tu cabeza, algo que
consideras más importante. Pongamos un ejemplo
:
El 28 de mayo, el piloto de Fórmula 1, Fernando Alonso, fue de invitado al
programa de entrevistas y aventuras Planeta Calleja presentado
por Jesús Calleja. Entre muchas anécdotas de su vida y sus premios afirmó que
“dejó los estudios con 17 años”. ¿Sería para él imposible estudiar? Puede
ser que no, sino que no era compatible con su vida de piloto de Fórmula 1. Y
quizá puede que no se arrepienta de ello, pues sus triunfos laborales
seguramente son más de los que hubieran sido los académicos.
Muchas personas que han empezado en el mundo laboral, pasado un tiempo,
deciden volver a estudiar, pero por algún extraño motivo nunca vuelven a
hacerlo. Repiten una y otra vez la idea de retomar los estudios o de hacer algo
que les gusta y que en su momento no pudieron realizar, pero no lo hacen.
Reciben constantemente ofertas de trabajo u otras actividades que les hacen
distanciarse poco a poco de su idea del retorno académico. Quizá tampoco sea
difícil para ellos estudiar, hacer un curso, una carrera… sino que,
simplemente, eso ha dejado de ser compatible con su idea inicial.
Esto también ocurre en otras facetas de la vida como en el amor, en el
matrimonio, en los hijos, en los viajes, con el dinero, y todas aquellas
actividades que “deben realizarse en la vida”. A veces, el trabajo nos impide
viajar, o las ganas de viajar son las que nos impiden trabajar, o la vida que
llevamos hace incompatible compartirla con otra persona.
A veces no todo es difícil o imposible, sino que es incompatible con la
vida. Quizá en algún momento de nuestra vida decidamos cambiar una cosa por
otra, pero no dejará de ser solamente un cambio, puesto que habremos dejado
algo en el camino.
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