sábado, 30 de noviembre de 2013

Mirada entre el futuro y el pasado.

Muchas veces me pregunto que qué voy a contar cuando, con 70 años, me pregunten sobre mi pasado. Llevo unos cuantos años sin vivir nada interesante, viviendo en mi mundo, haciendo estupideces sin pensar, puede que llevando una vida demasiado aburrida, viviendo a mi manera. ¿El amor? ¿Podría hablar sobre eso? Seguramente sería lo primero que me preguntaran. Podría contar mi relación a distancia, una que duró un par de años, un amor que fue muriendo poco a poco, aunque ninguno de los dos se daba cuenta realmente. Pero estaba delante. Siempre nos preguntaremos qué hubiera pasado después. Es la típica pregunta que se hacen los cobardes, esos que no luchan relamente por algo, pero si el otro no estaba dispuesto a luchar, ¿por qué iba a hacerlo yo? Digamos que se quedará en eso, en una historia más. Pero ahora vivo enamorada de alguien, alguien que seguramente pasa de mí, pero que me quema con su mirada. Yo soy de las típicas que llega tarde siempre porque no se da cuenta realmente de lo que pasa. Se acerca a mçi, me habla, me acompaña, me mira... Pero yo no me doy cuenta. Yo paso, espero a que me hable, a que vuelva a seguirme, y eso no sucede. Se podría decir que dejo escapar mi felicidad, suponiendo que esa felicdad existiera si estuviera con él. Si yo no me atrevo, él tampoco. Seguiré quemándome con su mirada. 
/